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Capítulo 16. "El Minor"

Mientras Eryel vivía uno de los momentos más surrealistas de su vida enzarzada en una gran y peligrosa pelea, Lauren, había llegado al Castillo de Cassian para reunirse con Deltor. En el instante en el que traspasó las murallas, todos y cada uno de los guardias que las custodiaban fijaron su vista en él.


Algo no me olía bien, había alguna pieza que no encajaba en todo aquello, jamás había habido tanta seguridad en ése castillo; simplemente por que no la necesitaban, poseían demasiadas tácticas de defensa escondidas entre cada piedra, bajo cada árbol… algo raro sucedía y si Deltor estaba involucrado era mi deber descubrir de qué se trataba.

Al llegar a los grandes arcos que presidían la entrada de aquella gigantesca construcción, bajé de Dilaila y la amarré a un poste junto a otros caballos. No era la primera vez que visitaba el castillo por lo que conocía sus pasadizos y su distribución. Justo en la gran puerta de madera que llevaba al interior, dos guardias hablaban tranquilamente armados hasta los dientes; suerte que no me descubrieron pues lo más extraño del mundo es que, grabado en sus armaduras, llevaban el escudo de Notham y no el de mi gran amigo Cassian; algo era seguro y es que jamás conseguiría entrar por allí sin armar escándalo; tendría que escalar. Me tumbé boca abajo en el suelo y poco a poco repté hasta uno de los pequeños jardines que decoraban la fachada; no había nadie vigilándolos, como bien supuse los soldados estaban centrados únicamente en las entradas y salidas, aunque había algo que no acababa de entender y es que los guardias que protegían las murallas no habían impedido mi entrada, lo cual me hizo pensar que tal vez el ejército de Cassian no era consciente de lo que ocurría aunque sí estaba avisado de que algo podría suceder, de ahí tanta protección y vigilancia. Mientras los Nothanios no me descubrieran, todo estaría en orden.

En cuanto pude, me levanté y situando el pié derecho en una de las grietas que cubrían la inmensa pared de piedra, comencé a trepar. Mi objetivo era un gran balcón situado en la segunda planta del castillo que pertenecía a uno de los pasillos que llevaban a las cuatro habitaciones de los hijos y las dos hijas de Cassian; estaba seguro de que las cuatro puertas estarían extremadamente bien vigiladas aunque esperaba, no fuera de ese modo.
Unos veinticinco o treinta metros sobre el suelo de aquel jardín quedaron atrás situándome oculto tras el pequeño y grueso muro del palco. No había nadie en aquel lugar y todo estaba extraña e inquietantemente silencioso. Tras irrumpir en el edificio, coloqué de nuevo correctamente mi espada y mis puñales en la cinturilla del pantalón y procedí a investigar. El despacho principal no quedaba muy lejos, así que podría llegar fácilmente sin ser visto ya que ese largo tramo de pasadizos estaba repleto de paredes salientes tras las que podría ocultarme con facilidad cual laberinto.

-         No voy a repetirlo más Salzar; ¿Dónde está Cassian? – preguntó Deltor rotundo.
-         Te lo diría, mi rey; pero me siento en la obligación y el derecho de negociar.
-         Jamás trataré con asesinos y traidores, Nothanio.
-         Salzar si no te importa, ÚNICO REY DE MIS TIERRAS Y DE CADA BOSQUE Y MONTAÑA QUE RESIDE EN NOTHAM, no Nothanio a secas! – Gritó enfadado Salzar.
-         Piensa y habla lo que quieras, tengo mil veces más derechos sobre tus tierras que tu y tus ejércitos. No me cuestiones querido sobrino, te recuerdo que llevo vivo mil años más que tú.
-         ¿Y de qué te han servido? – Preguntó Salzar risueño.
-         Hola Brenda. – Interrumpió Deltor sin quitar la vista de Salzar. Ésta  apareció de repente.
-         Veo que no has perdido tus habilidades auditivas mi Rey. – Sonrió.

Escuchaba voces, aunque únicamente logré distinguir tres de ellas: Deltor, Brenda y Shelden.

-         Sintiéndolo mucho, Deltor; he cambiado de parecer y he decidido que la oferta de los Nothanios es muchísimo más rentable que la que nos hiciste; creo que ya va siendo hora de que dejes tu cargo. – Añadió Shelden.
-         Espera sentado si piensas que consideraré esa propuesta Lord Shelden. – Tras estas palabras Salzar clavó un puñal a Deltor en el costado pero pocos segundos más tarde este desapareció.
-         ¡¿Se puede saber dónde diablos está?! ¿Has sido tú, Brenda? – Salzar la agarró del cuello.
-         No… señor… - susurró casi sin poder respirar. La empujó contra el suelo, frustrado.
-         Encontradlo! Está herido, sea cual sea su escondite no durará mucho.

Lo vi absolutamente todo y aunque no reconocí a Salzar, logré distinguir su voz con claridad. Por desgracia haber interrumpido aquella conversación para salvar la vida de Deltor habría sido un suicidio colectivo. No podía creer que exactamente lo mismo que me había dicho mi amigo Norian, duende y vigilante de la aldea de Cuna, estuviera sucediendo justo en mis narices en ese mismo instante; la traición a los 7 Reinos era evidente y la amenaza de los Nothanios y de Shelden rotunda y posiblemente inevitable. Al escuchar cómo unos pasos se acercaban me agaché y oculto tras uno de los muros salientes observé como uno de los soldados se acercaba. No lo pensé dos veces y en cuanto pasó delante de mí, lo seguí silenciosamente y lo desnuqué con ambas manos; la muerte más silenciosa y menos dolorosa que existe. Me vestí con su yelmo y armadura ocultando la llave ce Cynthia, y requisé de su espalda un enorme arco y una funda de esparto repleta de flechas. Escondí tras una columna el cuerpo y disfrazado de Nothanio entré en el despacho.

-         ¿Qué haces aquí, soldado?!
-         Señor me comunican que algo sucede en el castillo, debo permanecer aquí por su seguridad. – Otro soldado pasó por el corredor.
-         ¡Tú! Vigila los balcones y los arcos de la escalera! – Gritó Salzar.
-         Sí, señor. – respondió firmemente aquel hombre.
-         He de decirte que si permaneces aquí y escuchas todo lo que surja en esta interesante y suculenta conversación, tendré que matarte. – por desgracia acababa de comprender que si no quería morir joven tendría que correr y rezar para que los más de cien soldados que custodiaban el castillo me dejaran salir de allí.
-         No hay problema señor, lo que sea para servirle. – contesté asqueado.
-         Estos soldados cada vez me gustan más que los lobos, se les manda y obedecen. – Espetó Salzar risueño.

Comenzó la conversación.

-         Buscas la llave, ¿me equivoco?
-         No querida Brenda, estás en lo cierto.
-         ¿Y de qué te servirá encontrarla? La muchacha no hablará.
-         Ahhh… lo que hace la ignorancia. Con la llave abriré los pasadizos de Cynthia tras años de oscuridad, no son polvo y telarañas lo único que esas siniestras galerías esconden, querida; las salas de tortura que residen allá abajo pueden resultar muy convincentes.
-         No puedes hacerle daño o terminarás muerto; hay demasiada gente tras ella, señor y además nadie sabe dónde se ocultan los túneles de la princesa.
-         No he dicho que sea Eryel la que tenga que sufrir. Aunque hablará, te lo aseguro y respecto a los pasadizos, es cierto, no conocemos su paradero, pero estoy seguro de que hay alguien que si lo hace, Cynthia, la mismísima hija desaparecida de Delintov sorprendentemente todavía con vida reside en el valle de los Dragones, estará encantada de colaborar y si ella no sabe dónde se esconden sus propias galerías, entonces habrá que inventar un plan B.

La princesa seguía con vida. Sorprendido y asustado tras aquella conversación, comencé a escuchar un gran alboroto procedente de las calles del pueblo; una pelea tal vez. De pronto comprendí que se trataba de mucho más que eso; una hilera de aproximadamente cien soldados pasó por delante de nosotros.

-         Ya ha comenzado, Salzar. – Dijo Shelden.
-         Lo sé querido amigo, la han encontrado en la taberna aunque de momento sólo la asustaré un poco; así suavizaré el terreno para que comprenda lo que es el miedo y se prepare para lo peor. Sufrir es demasiado doloroso, pero en mi opinión, del dolor se aprende; ¿No crees? – Contestó tras una pequeña risa. – Dejemos que nuestros ejércitos jueguen un poco al ratón y el gato con Eryel, compañero. Será divertido.

Tras escuchar aquellas palabras no esperé ni un segundo más y salí corriendo de aquella habitación tal vez imprudentemente. Bajé las escaleras de dos en dos quitándome de encima a cuatro soldados que me perseguían enviados por Salzar, quien me quería muerto; estaba claro que había escuchado demasiado. Unos trescientos miembros de ambos ejércitos Sheldenianos y Nothanios entrenaban en el gran patio tras las murallas; ni rastro de Cassian. No tenía ni la más remota idea de cómo salir de allí y menos a caballo.

-         ¿Crees que será un problema, señor?
-         ¿No te has asomado a ese ventanal verdad, querido Shelden? Nuestros ejércitos se preparan para luchar, más de trescientos hombres entrenados para matar como verdaderos asesinos llenan ahora las planicies adoquinadas del castillo. Haría falta un milagro bien grande para que ese insignificante soldado lograra escapar.

Salzar retomó su conversación con Brenda sobre cómo hacer hablar a Eryel.
- ¿Qué es lo que tienes entre manos, señor? – preguntó Brenda besándolo dulce aunque irritantemente en el hombro.
-         Acerca esa pila de agua y muéstrame el mundo del que la viajera llegó.

Shelden observó con atención. Brenda hizo un conjuro y espolvoreó una especie de ceniza sobre el agua, la cual hizo que esta tomara vida en pocos segundos.

-         Irene, tenemos que salir de aquí; es allanamiento de morada! ¿Te has vuelto loca?!
-         Cállate, no seas gallina. Fedro habló de un libro, tenemos que encontrarlo antes que él y punto. Cuando lo consigamos tendremos algo con lo que negociar; piensa un poco con la cabeza por favor.
-         ¿Qué piense un poco con la cabeza? ¿Pero tú te estás escuchando? Has decidido irrumpir en casa de Eryel para buscar algo que un asesino o animal o no se qué cosa, está buscando y me dices que piense con la cabeza? ¿Y si se le ocurre pasar por aquí hoy y ahora?

-         Lo dudo, pero pronto nos encontraremos queridos. – Interrumpió una voz en el despacho.

La imagen del agua se enturbió hasta que los retratos de Carlos e Irene desaparecieron. Una mujer de pelo castaño rizado y ojos grises apareció en la habitación.

-         Qué grata sorpresa tenerte con nosotros de nuevo Norálian. Has tardado demasiado. ¿Qué tal sienta hacerte pasar por Fedro después de tanto tiempo?
-         Aburrido, querido señor. No acostumbro a convertirme en hombres, la última vez que lo hice fue por que me encanta hacer bien mi trabajo.
-         ¿Tú la mataste, verdad?
-         Sí, lo hice. Arreglé el destrozo que Nizan provocó al no acabar con su vida antes de que regresara a su mundo, aunque de eso hace ya mucho tiempo.
-         No dudaba de ti, pero comprende que debía preguntar ya que hace bastante que no pasas a visitarme, hermana. Ya creía que te habías encariñado con esa familia y te habías olvidado de a dónde perteneces.
-         Me alivia que hayas cambiado de parecer. Últimamente he estado ocupada con lo que me encomendaste; busco el libro, en cuanto lo tenga en mi poder, comerán de mi mano como hormiguitas y será entonces cuando los atrape, hará tiempo que no ven a Eryel pero harán lo que sea para protegerla. Pronto regresaré a Villa Roja y jugaré un poco más con los dos pequeños; ha sido interesante convertirme en serpiente y en pantera, aunque con esta última transformación Eric sea más ágil que yo. – Añadió mostrando la cicatriz de unas garras en la mejilla derecha.

-         ¿Piensas secuestrarlos? – preguntó Shelden a Salzar. Brenda sonreía sorprendida.
-         ¿Secuestrarlos? Qué expresión más fea, amigo. Yo lo expresaría más bien como un intercambio; la vida de sus amigos por una suculenta información. Eryel hablará, no te quepa la menor duda.
-         ¿Qué pasa con Lis, hermana?
-         No te preocupes por ella, mi querida sobrina ficticia no sospecha absolutamente nada.
-         Estupendo.
-         Shelden, Brenda. – susurró malvado Salzar.
-         ¿Creéis que esto será suficiente para hacerla entrar en razón? – continuó mostrándoles cómo rompía una fotografía de Carlos e Irene abrazados. Se hizo el silencio en la habitación.
-         Fedro, Nora, Norálian o como quieras que te llame querida hermanita, dame un abrazo. – dijo Salzar mientras se acercaba a ella lentamente. Brenda y Shelden sonreían satisfechos desde el otro lado de la habitación.

*** 

-         No puedo levantar la espada Alexa!!!! – Gritar era inútil, nadie iba a prestarme atención. Alexa estaba enzarzada en una batalla a puñetazo limpio con los borrachos que intentaban aprovechar la situación para robar en su bar y Eric, algo frustrado y aburrido, sacó un puñal de plata de su cinturilla y comenzó a luchar contra varios guardias, los cuales en breves momentos perderían la cabeza.
-         Novata!! Detrás tuya! – Avisó Alexa. Asustada y viendo como miles de objetos volaban por el aire, levanté la espada como pude y comencé a dar vueltas sobre mí misma impidiendo que alguien se acercara. Supuse que parecía un tanto loca, lo único que sé es que ambos soldados perdieron los pies.
-         Todo controlado. – Dije asustada y aliviada. Del peso de la espada, la herida se abrió del todo y comenzó a sangrar sin parar; el brazo estaba perdiendo sensibilidad y me dolían muchísimo los hombros y la cabeza.
-         No puedo seguir!!!! Me duele! – Grité esperando a que alguno de los dos me escuchara. Por suerte Eric se percató de que pronto me desmayaría por la pérdida de sangre e hizo unas extrañas señas a Alexa en un lenguaje de signos que obviamente yo no conocía.
-         Pajarraca! Ya sabes que hacer! – Gritó Eric. – Eryel aguanta! – Añadió antes de convertirse en pantera. El suelo del bar pronto se tiñó de rojo; demasiada sangre, demasiados muertos. Jamás había visto algo parecido al igual que nunca habría podido imaginar a Eric, como un auténtico asesino tal y como estaba sucediendo en ese mismo instante.
-         Novata! ¿Te duelen las piernas también? – Dijo Alexa mientras se quitaba a cuatro soldados gigantes de encima con dos de sus afiladas espadas.
Grité cerrando los ojos cuando una de sus cabezas rodó hasta quedar justo a mis pies y algunas gotas desangre salpicaron mis mejillas.
-         Puedo correr! Créeme! – Contesté impaciente.
-         A la de tres por esa ventana, ¿de acuerdo?! NO SUELTES LA ESPADA NI POR TODO EL ORO DEL MUNDO! – Alexa comenzó a contar en voz alta y cuando iba por la cuenta de dos y ambas alcanzamos al alfeizar, no llegué a escuchar el número tres. Justo antes de que me lanzaran un cuchillo, el cual afortunadamente quedó clavado en un cartel de madera; Alexa se transformó en un águila gigante y sujetándome con sus enormes garras, juntas nos elevamos en el aire. Comencé a marearme.
-         Alexa!!!! - Gritaba, aunque dudaba que un águila pudiera responder.
-         Dime. – contestó. ¿Estás en Dos Lunas, qué esperabas? Me dije a mi misma.
-         Voy a desmayarme… - susurré, perdería el conocimiento en breves momentos. Observé desde el cielo cómo Eric corría hacia el bosque, ya fuera de la taberna, tratando de escapar de al menos cincuenta soldados que lo perseguían.
-         No te preocupes, lo conseguirá. Es demasiado tozudo.
-         Dijo Alexa. Segundos después esta comenzó a aumentar la velocidad considerablemente.
-         Eryel, en breves tendremos compañía! Voy a sujetarte muy fuerte de acuerdo? Pero necesito que agarres mis armas; están en una de las garras, ¿las ves?
-         Sí! Las tengo!
-         Está bien, átalas a tu cintura; comienza la fiesta. –A lo lejos distinguí a Brenda, quien llegaba a la taberna en un caballo negro y convertía a cuatro de los soldados en halcones. Alexa lo había presentido.
-         ¡Son cuatro! ¡¡No lo conseguiremos!! – Grité asustada.
-         Cómo se nota que no has estado en un ejército. Las cuatro aves gigantes que nos perseguían, se acercaban cada vez más; con lo que Alexa no contaba es con que llevaran pasajeros. De repente la velocidad aminoró y Alexa dejó de respirar, sus garras se aflojaron y el enorme cuerpo repleto de plumas volvió a convertirse en lo que antes había sido, un cuerpo humano normal y corriente. Le habían dado con una cuchilla en la espalda y ahora ambas caíamos hacia el vacío; pero solo una tocó tierra, unas garras todavía más fuertes se clavaron en mi cuerpo y me alzaron de nuevo en el aire antes del impacto, uno de los halcones de Notham me sujetaba. Sería el fin. Antes de desmayarme divisé un gran lago justo hacia dónde nos dirigíamos y dos grandes laderas que dejaban un pequeño pasillo de roca un poco antes de llegar a él. El eco que estas producían hizo que llegara a mis oídos el relinchar de un caballo, llamó mi atención y busqué ya desesperanzada con la mirada hasta descubrir que un jinete se situaba bajo nosotros. Se puso de pié en su caballo y sacó un gran arco; era otro soldado de Notham; me secuestraban por aire y me asesinarían desde tierra.

***

-         Lauren!!! NO DISPARES ESE ARCO! – Dije esperando que su puntería fuera mejor que la mía. Éste no me respondió.
-         Tranquilo! No alcanzaré a Eryel, Eric! – Dijo tozudo frenando en seco al caballo.
-         ¿Y qué piensas hacer cuando el halcón que la sujeta caiga?! ¿Llamarás a una alfombra mágica?! – respondí sin pensar. Antes de que me escuchara, la flecha se había clavado en el animal y Eryel caía de nuevo hacia el agua cada vez más deprisa. Tenía que hacer algo así que me marché. Me escondí tras una roca y comencé mi transfiguración de nuevo; no podía utilizar el “Minor” siendo pantera. Recogí mi ropa de entre la maleza y sin esperar ni un segundo más, cogí el pequeño silbato y sople con fuerza; y rezando para que funcionara, observé detenidamente como Eryel continuaba cayendo y cayendo; cerré los ojos y la recordé en la bañera, vi su cara asustada la primera vez que nos conocimos y sus ojos brillantes mientras lloraba en mi hombro, sentí su olor y su miedo al perseguirla por el granero, la textura de su piel mientras curaba sus heridas y en su sonrisa, pensé en su sonrisa.
-         Lo consiguió! Eric! – volví a la realidad al instante. Justo antes de tocar el agua una segunda águila entró en combate y evitó la muerte de Eryel. El silbato de “Minor” que me regaló Alexa para pedirles ayuda a ella o a su hermano todavía funcionaba. Mi cuerpo se relajó aunque continuaba nervioso, todavía estábamos en peligro.
-         ¿Y Alexa?! – Grité.
-         Está con Eryel! No la ves!! – Lauren sonreía.
-         Esa no es Alexa, hermano. Ése es Mat; he de añadir que ha crecido bastante. – Lauren se irguió en posición de ataque y tras darme la vuelta y comprender el por qué, comencé a vestirme. Unos doscientos soldados acababan de entrar en el bosque, arqueros, caballeros, guardias… todos venían hacia nosotros y yo continuaba sin pantalones.
-         Sube! – Dijo Lauren.
-         No, gracias. – Dije recordando lo sucedido en el mercado. Más tarde tendría que explicarnos por qué llevaba una armadura y un yelmo del ejército de Salzar.
-         ¿Quieres no ser tan sumamente tozudo por una vez en tu vida? ¿Estamos a punto de morir sabes? ¿No puedes al menos darme las gracias por haber salvado a Eryel? – ¿Salvarla? Estaba claro que Lauren no sabía absolutamente nada sobre el silbato. En ese instante me daba igual, Eryel continuaba respirando y eso era lo único que importada. Mi corazón dio un vuelco sin saber por qué. Sería mejor no pensar, debía prepararme para luchar.

Cuando volví la vista hacia el lago algo llamó mi atención; el cuerpo de mi amiga descansaba ensangrentado sobre una roca. Tenía que sobrevivir a esto, han pasado cosas peores y siempre ha seguido a delante. Estaba viva, podía sentirlo.


La guerra de los Siete Reinos había comenzado.


                                               *** 


-¿Quién eres?... - balbuceé sin apenas poder respirar y con los ojos entreabiertos.
- Soy Mat. - Contestó un chico pelirrojo todo mojado, de pelo corto y ojos verdes.
- Encantada de conocerte Mat... - continué. Todo quedó oscuro.



*Minor: Ir a Enciclopedia.


Leyre García.






Comentarios

  1. Me ha gustado mucho porque ha habido mucho movimiento, pero me ha sabido muy mal por Alexa :(
    Aunque, como siempre, es perfecto!! *-*

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  2. Me encanta!! :) A ver, Alexa no muere... Solo está herida.... Eso le puede pasar a cualquiera xd ya se recuperará o algo ;)
    Me encanta!! I LOVE SUEÑOS!!! (L)
    es magnífico perfectooo!! :D
    por cierto!! SIGUE ESCRIBIENDO!!!! :D

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  3. Jope, a mi no me hace mucha gracia este cap, pero bueno, hoy estoy un poco pesimista así que... :( de todos modos Alexa no muere jaja :) Tengo ganas de publicar el siguiente para que no dejéis de leer U.U matadme.
    Os quiero.
    Y muchas gracias por el ánimo chicas!

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  4. o_o
    Este capítulo...ha revelado muchas cosas! O esa es la sensación que yo he tenido! Pobre Eryel, no sale de una y entra en otra y ahora que la guerra de los Siete Reinos ha empezado...Dios sabe qué pasará, bueno, Dios y Leyre!!
    Y Eric...qué mono!!! Lo único que le importa es que Eryel esté bien, si es que es inevitable no quererle!!!
    Tengo ganas de más Leyre!! Así que no tardes! Sigue asíiii!!!!! (repito: NO TARDEEES!- sin presiones).
    GENIAL!
    Un besito grandeee!!!!!
    (L)
    P.D: Eric forever! :)

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  5. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!!!
    Lauren es tan....genial~ <3
    Bueno, me estoy cabreando. Lauren es el mejor, es obvio. EL MEJOR. EL MEJOR. Y ya no quiero que acabe con Eryel estoy empeñada en que acabe con Alexa <33
    Salzar es genial JAJAJAJAJAJAAJAJJAJAJAA me encanta :')
    Sí vale? soy rara... xD
    Me gustan los malos xD
    Eryel es genial, pero un poco debilucha no? ¡En una batalla no hay tiempo para quejarse! xDDDDD
    Es que claro son todos guerreros/brujos y viene Eryel del mundo normal toda debilucha y me desilusiono!!! Ya aprenderá! :D
    Eric.................tsk, no sé porqué pero no me gustó en este capítulo. QUÉ TOZUDO PRO DIOS ¬¬ No puede hacerle caso a Lauren!?!?!?!?! Agh!
    Naa, que adoro la historia cariñet :)
    Eres la mejor Leyre! Se te quiere! ^^
    PD: Capítulo 26 publicado ;D

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  6. Ah..................
    qué sepas que voy a hacer un Fanfic sobre Alexa y Lauren y ni tú ni nadie va a poder impedírmelo XD

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  7. WWWAAAUUUU O.O dios santo de la patagonia!!! la que se a armado en un minuto!! xD me encanta!!cuando Lauren se a metido en el castillo a lo ninja me a matadoo xDxD Eryel tiene que sacar su ultramega fuerza secreta de su interior y convertirse en hulka xDxD Eric es ttaaaaannn cukkyyy *.* me lo comeriiaaa se esta empezando a pillar de Eryel y sin enterarsee xD Alexa es la mejorr puajajja menos mal que no a muertoo T.T aaayy pobre Eryel!! ya se sta desangrando otra vezzz T.T bueeeno ya estara tito Eric para curarla xDxD y al ÚNICO REY DE MIS TIERRAS Y DE CADA BOSQUE Y MONTAÑA QUE RESIDE EN NOTHAM le voy a tener controlado a ver que es lo que planeaa jumm ¬¬ xDxD y tienes razon el capitulo no me gusta.. me encantaaa!!! jijiji sigue asi amoree mioo TQQQQQ
    PD:menuda biblia te acabo de escribirr xD lo sientoo
    PD2:a Mat ni lo conozco y ya me cae bienn jijiji
    PS3:te e dicho ya que te adoro? muajjaaj

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