La vida continuaba como siempre en Villa Roja. Era Lunes, las clases darían comienzo dentro de unos minutos. El instituto de Educación Secundaría de “Clam” el pueblo vecino de Eryel, abría sus puertas una semana más.
- Te quiero lo sabes verdad? – Le dije.
- Lo sé. – Respondió sonriente.
- Te veré después de clase no? – Insistí ansiosa. Cada vez que lo miraba encontraba algo más de él que me enamoraba.
- Supongo que sí, aunque a las 18:00 tengo entrenamiento en el Polideportivo de la “recta”; podríamos quedar directamente allí si quieres. – Contestó.
- Me parece bien, de todas formas pasaré a verte un poco antes.
- Como quieras, pero le advierto señorita Irene, que si continúa usted acosándome va a conseguir que me enfade… - Me susurró al oído mientras me agarraba dulcemente por la cintura. Me estremecí al contacto de sus labios en mi cuello.
- Irene!!!! – Una voz estridente gritaba mi nombre desde el segundo piso. Carlos y yo estábamos en la entrada del instituto, así que imaginaros la situación. – Irene has llamado a Carla!!!? Hemos quedado esta tarde recuerdas?!!! – Era Sandra, compañera nueva de clase demasiado emocionada por hacer amigos; sobretodo “amigos”. Y como siempre, interrumpía en el momento menos oportuno.
- Sandra, puedes no gritarme? No sé si al final podré ir, había quedado con Carlos y no me acordaba, luego hablamos tengo que ir a Química! – Contesté entre suspiros. Los labios de Carlos no se habían separado de mí, así que hablar en esas condiciones no fue muy fácil que digamos…
- Espero que no vayas con ellas, tal vez me salte el entrenamiento… - Continuó. De repente Claude, el profesor de Educación Física, cerró las puertas del instituto. Perfecto, otro día más nos habíamos quedado fuera.
- No voy a quedar con ellas. Si no te importa soltarme un segundo, te darías cuenta de que acaban de dejarnos aquí otra vez. – Contesté molesta. Me miró y comenzó a reírse.
- Yo no le veo la gracia por ningún lado. Si mi madre se entera me mata y esta es la segunda falta, a la tercera nos expulsan.
- Perfecto soy una mala influencia para ti Irene. Me alegro de ello. – Me dijo abrazándome. Estaba más pegajoso de lo normal, auque resultaba agradable en muchos sentidos. Lo aparté de un empujón.
- Puedes dejar de hacer el tonto durante un minuto? Estoy hablando en serio Carlos, es importante para mí. – Le dije.
- Está bien, entraremos por el laboratorio de Biología, pero una vez más tendrás que quitarte la falda. – Me dijo impaciente y cómplice.
- Ni hablar. La última vez me la quité porque entramos por la ventana del aula de Historia y estuve a punto de terminar como Dios me trajo al mundo. Hoy no tengo porqué quitármela. A parte Biología está en el primer piso.
- Como quieras, yo solo lo había dicho por si colaba. – Contestó sonriente.
- Hombres. – Dije mientras eché a andar hacia la parte de detrás del instituto donde se encontraba la sección de ciencias. Era bastante sencillo alcanzar la ventana, el único problema sería que una vez allí arriba, esta estuviera cerrada. Carlos se puso de cuclillas y yo puse mis pies en sus rodillas dándole la espalda.
- Bonitas vistas. – Dijo risueño. Imaginaros la postura y entenderéis por qué.
- Idiota, deja de hacer el tonto y ayúdame a subir. – Dije bajo una media sonrisa.
- Espera, no te agarres a ese ladrillo está suelto. – Advirtió. Cuando trepé unos metros, casi rozando la ventana, Carlos me agarró de la cintura elevándome hasta conseguir que me agarrara al marco. Aún así no fue suficiente. – Carlos, no llego, tengo que subir en tus hombros, es la única forma…
- Sabes que vas a morir por ello no? Tengo los hombros destrozados, ayer me placaron en fútbol. Anda, sube. – Dijo mientras se agachaba, apoyando mis piernas en él.
- Lo siento, lo siento, lo siento… - Me disculpé al ver su cara de dolor.
- No te disculpes, ya me lo cobraré esta tarde, te vas a enterar. Ahora calla e intenta abrir la ventana.
- Puedes subirme un poco más? – Le pedí alargando a más no poder el brazo. Me alzó unos pocos centímetros que fueron suficientes para llegar al pestillo. Por suerte estaba abierta.
- Ya está! Abierta. – Dije satisfecha. Apoyé las dos manos en el alfeizar y me impulsé con fuerza hasta entrar en el laboratorio.
- Ahora tú! – le dije.
- Apártate de la ventana, voy a subir. – Contestó mientras trepaba ágilmente por los ladrillos.
- Vale, ahora tú a tu clase y yo a la mía. Excusa? Cuál ponemos hoy? – Dije risueña.
- Que se ha muerto tu gato y lo hemos llevado al veterinario. – Contestó. La gata de mi abuela se cayó la semana pasada de un tercer piso, de ahí la gracia. – Sí, al veterinario a primera hora de la mañana no? Esa excusa ya la pusimos el jueves pasado. Anda tira a Historia. Te veo luego. – Le di un beso y me fui corriendo a clase de Química.
***
Mientras tanto, la situación en Dos Lunas, se ponía cada vez más difícil.
El susto todavía lo tenía en el cuerpo, a pesar de que aquella pantera me hubiera hablado, diciéndome que “todavía” no iba a matarme porque debía devolverme no se qué favor, había sido de lo más tranquilizadora; creo.
- Devolverme el favor? Qué favor!? – Grité asustada.
- Haberme ayudado cuando estaba entumecido, dolorido y vulnerable en medio del bosque te parece poco? – Me dijo. Quedé perpleja ante su contestación. Así que aquel inocente joven que había estado descansando junto a mí hacía unos pocos minutos, era en realidad una pantera. Genial. Perfecto. Surrealista. Ahora Halloween se quedaba corto. Hombres pantera, topos que hablan, brujas asesinas… y ahora qué? Sapos gigantes? Aunque cada vez me resultaba más fácil asimilar todo lo que ocurría en Dos Lunas, esto me parecía demasiado.
- Oh.. De nada supongo. – Exclame ruborizada.
- Te importa esperar aquí unas horas? – Me dijo mientras se giraba y comenzaba a trepar de árbol en árbol sin darme tiempo a responder. Unas horas? Increíble. Y ahora qué demonios hacía yo?
- Tranquila! Estarás bien! – Gritó mientras se alejaba.
A los pocos minutos ya no había rastro del “hombre pantera”. Solo quedábamos el bosque y yo. Ah! Y se me olvidaba; una satánica bruja, loca, chiflada que me buscaba para llevarme ante Salzar. Intenté calmar mis nervios y volví al escondite tal y como me había dicho. Esperaba que volviera pronto, la tormenta había regresado con fuerza y entre tanto alboroto mi manta se había perdido.
***
Bruja asquerosa. Ahora lo comprendía todo; aquella mariposa, el muro invisible, mi transfiguración… La pregunta es: ¿Por qué?
¿Por qué no quería que llegara hasta la chica?, ¿Ahora ya sabía que Salzar la buscaba pero para qué? Encontraría a la bruja tarde o temprano y no saldría ilesa de nuestro fugaz encuentro, después claro, de conseguir la información que necesitaba.
- Hola Eric. – Dijo una dulce y tímida voz detrás de mí.
- Vaya, vaya; Iris, encantado de verte de nuevo. Cuánto tiempo no?
– Contesté irónicamente tras un fuerte y amenazador rugido.
- Cálmate “gatito” estás en el bosque recuérdalo. – Respondió tranquila.
- Piensas que a estas alturas no sé donde me meto? – Pregunté desafiante.
- Al parecer no muy bien. ¿Qué es lo que sabes de la Bruja a la que persigues? – Insistió interesada.
- ¿Pretendes ayudarme? Esto si que es una sorpresa. – Respondí perplejo. – No necesito tu ayuda bruja. Me las apañaré yo solito. Gracias por nada. – Respondí dejándola atrás. Iris supondría una gran distracción y más teniendo en cuenta que era amiga de mi “adorable” hermano. No era de fiar, al menos en lo que a mí respecta.
- No quiero que me contestes con otra pregunta. No me gustan las evasivas Eric. – Mi garganta comenzó a contraerse impidiéndome respirar. Estaba ahogándome. Cómo pude me di la vuelta hasta quedar cara a cara frente a ella. Poco después todo volvió a la normalidad.
- Sabes que eso es solo una mínima parte de lo que puedo hacer, así que te conviene y mucho, responder a mis preguntas. No quiero ayudarte, por si se te ha pasado por la cabeza en algún momento. Quiero información y la conseguiré, eso es todo.
- Había una chica. – Comencé a hablar con dificultad. La garganta todavía me escocía. – Yo tenía hambre y ella estaba muerta de frío, vulnerable… pero algo salió mal, se adentró en el bosque y la perdí de vista; cuando fui tras ella, algo me impidió continuar y resbalé de un árbol; me volví humano. Ella me ayudó y me resguardó del frío. Cuando estaba medio inconsciente a su lado escuché a una bruja hablar, no logré escuchar con quién.
- Quería llevarla ante Salzar, quien la mataría lo más seguro; sería capaz de llevarse a cualquiera que se entrometiera en sus asuntos sin pensárselo; así que viéndome indefenso intenté forzar mi transformación; la cual ha salido como puedes comprobar bastante bien.
Supuse que había sido ella la que me había causado todos esos contratiempos; así que ahora que de indefenso no tengo ni un “bigote” voy de “caza de brujas”. – Terminé satisfecho mientras me acomodaba en aquel tronco. Iris me miró fijamente, hasta que segundos después comenzó a reír.
- Estás de broma verdad? Intentas matar a Brenda, una de las brujas más poderosas de los Siete Reinos, una de las pocas que ha ido y ha regresado del mundo real ilesa, bruja que lleva bajo las órdenes del Reino de Notham desde la división de los Siete Reinos. De verdad te ves capaz de usar tus fuertes habilidades de gatito asustado para acabar con sus millones de años de existencia? Bien, yo no lo creo. Lo que opino es que sí, necesitas ayuda y bueno, al principio no habría estado dispuesta a dártela ni por un siglo de servicio; sin embargo creo que podré sacar algo de ti a cambio. Te ayudaré a encontrarla, pero no te contaré cómo me cobraré ese favor hasta que cumpla mi parte del trato. – Dijo interesada.
- Creo que la mitad de todo lo que has dicho es bastante razonable; sin embargo debo de rechazar tu tan grata propuesta. – Sería un buen gatito en ocasiones pero a testarudo no me ganaba nadie, pensé.
- Yo sin embargo estaré encantada de obligarte a aceptar. Hay más replicas ante esta conversación? No? Bien, eso creía. Ahora puedes continuar con tu búsqueda, irás sabiendo de mí conforme te acerques a Brenda. – Contestó. Tras un fuerte y desafiante rugido lleno de asco y odio, la dejé atrás.
- Hasta pronto Eric. – Se despidió dulcemente. Impotente ante aquella situación no me quedó más remedio que continuar. Brenda sería por el momento mi presa más difícil si Iris decía la verdad.
***
Es la primera vez en mucho tiempo que me quedo sin ideas. Tantos años de imaginación y de excusas ingeniosas y hoy, precisamente cuando me queda una falta de asistencia para ser expulsada, mi mente se queda en blanco. Me dolían las piernas, los nudillos y las palmas de las manos; definitivamente, la escalada no iba conmigo. Clara, la profe de Química, ya había empezado su clase de Formulación, y en esa aula no había otra forma de entrar que llamando a la puerta. Imaginación, vamos, piensa! En momentos bobos lo haces! Ahora también puedes conseguirlo, vamos…! Entre tanto esfuerzo, no se me ocurrió nada. Así que cabizbaja y con cara de enferma, una excusa muy típica que no se creería nadie, di tres tímidos golpecitos en el cristal.
- Se puede? – Pregunté tímida ante las caras de mis compañeros.
- Irene Galieri Sanchez, llegas tarde por segunda vez consecutiva. Alguna explicación? – La mirada de Clara era dulce normalmente; pero sabía que si en ese instante las miradas matasen yo lo habría estado justo al cruzar el umbral de la puerta. Antes de darme tiempo a responder mi amiga Lorena interrumpió nuestra incómoda y monótona conversación.
- Clara, es importante puedo hablar un momento contigo?
– Preguntó algo nerviosa e inquieta.
- Lorena, es que no ves que estoy hablando con tu compañera? Seguro que lo que sea que tengas que contarme, podrá esperar unos minutos. No es así?
- No exactamente Clara… - Contestó tímidamente.
- Está bien, Irene siéntate, después de clase quiero hablar contigo en mi despacho y no quiero excusas baratas. Entendido? – Era la primera vez que Clara se enfadaba conmigo de ese modo y por desgracia para mí, tendría que anular mi quedada con Carlos; su cama… digo su casa tendría que esperar; pensé risueña.
- Lorena, vamos un momento a fuera. Chicos mientras tanto vosotros comenzad por los ocho primeros ejercicios de Química Inorgánica. Quien los termine antes de que acabe la hora tendrá un punto más en el examen, si los tiene bien, claro está.
Un poco más tranquila, fui corriendo a mi mesa y sin pensar en nada más, me puse a hacer los ejercicios. No conseguía concentrarme, mi instinto cotilla me decía que Lorena se tenía entre manos algo importante, por lo que disimuladamente miré hacia la puerta donde se encontraba hablando con Clara.
Me sorprendió ver su cara descompuesta, como si hubiera visto un fantasma. De pronto abrieron la puerta. Al instante metí la cabeza de nuevo en mis ejercicios. Lorena pasó por mi lado hacia su pupitre algo asustada. Clara se acercó a mí.
- Irene podemos hablar ahora si no te importa…? – Me preguntó más seria de lo normal.
- Sí, claro. – Respondí impaciente. Esperaba que Lorena no se hubiera inventado nada raro sobre mí; como me amonestaran o algo parecido por su culpa, después de clase se iba a enterar. Lorena siempre intenta llamar la atención con cualquier cosa, no la culpo por ello, pero hay veces que se vuelve insoportable. No es que sea mi amiga la verdad; compañeras a secas es el término que mejor define nuestra relación. Clara y yo nos sentamos en uno de los bancos amarillos que habían en el pasillo.
- Irene, tal vez lo que voy a preguntarte ahora, te resulte bastante incómodo; pero es necesario que lo haga. – Me dijo nerviosa. Solo se me pasaba un tema por la cabeza a parte de mis notas, que podría hacerme sentir mal, y esperaba por el bien de todos que no fuera nada relacionado con eso.
- Lorena dice haber visto a Eryel esta mañana Irene. – Continuó cogiéndome de la mano. En ese momento únicamente quedó en mi mente la imagen de mi mejor amiga; o al menos la que un día lo había sido. Hacía 7meses que no sabíamos nada de ella, las primeras semanas nadie lo pasó bien cuando desapareció del mapa. No contestaba a las llamadas, ni a los mensajes; no salía de casa si es que se encontraba allí, dejó el instituto… nos dejó a nosotros. Me dolía tan solo de pensarlo y aunque una parte de mí habría entendido su situación, escogí sacarla fuera de mi vida.
En el fondo se que si la viera de nuevo, la abrazaría como nunca lo hice; pues que decidiera no pensar más en ello porque me hacía demasiado daño, no quita que no la eche de menos. No supe que contestar, así que sin más dejé que Clara continuara hablando.
- Me ha contado que ella no ha sido la única; que varios alumnos de 3º la han visto en las taquillas… pero que minutos después ya no estaba. Te estoy diciendo esto, para que no te enteres por otros medios y para que me digas sinceramente si sabes algo de su paradero, si os habéis puesto en contacto de alguna forma todos estos meses… - Dijo nerviosa. Le temblaban las manos.
- Clara, qué pasa? – Pregunté. Los ojos me brillaban.
- Hace un mes, llegaron las matrículas para el año que viene; las enviamos a todas las correspondencias sin dejarnos ninguna incluida la de Eryel. Todas llegaron firmadas, excepto la suya. Sabes que siempre ha sido algo más que una alumna o una compañera en este instituto… así que no pude evitar ir personalmente a buscarla. Esperé y esperé y nadie contestó. Estaba en la casa, podía escucharla, pero no contestó al timbre. Así que pensando que no había solución, dejé la carta en el buzón y me fui.
- Todos sabemos que Eryel hace mucho tiempo que está encerrada en su casa y no sale de allí, ha perdido a toda su familia profesora, ni siquiera nos abrió la puerta a Carlos y a mí. Estuvimos más de dos semanas intentándolo.
- No se trata de eso Irene. Hace unos días, su matrícula llegó rellenada y firmada a secretaría. – Dijo mientras me miraba fijamente.
- Eso quiere decir que este año asistirá a las clases? – Me sorprendí bastante.
- No es precisamente ese detalle lo que me llamó la atención. La matrícula estaba firmada bajo el nombre de Fedro Sánchez García. – Al escuchar ese nombre se me pusieron los pelos de punta. Sin duda eso sí era preocupante. El día que murió su madre, dos días antes del entierro; Fedro, el padre de Eryel, entró en su casa; venía de trabajar como de costumbre. Carlos y yo lo vimos entrar.
Eryel se acababa de despedir de su madre justo antes de salir corriendo al instituto; los tres íbamos con prisas y nos olvidamos el monedero en la mesita del salón. Cuando entramos de nuevo para cogerlo, la vimos; estaba recostada en el sofá de la sala de estar. No había rastro de su padre. Yo misma escuché la puerta trasera de la galería cerrarse de golpe. Desde ese momento Fedro no ha vuelto a aparecer por Villa Roja; no se sabe nada sobre su paradero, ni siquiera asistió al entierro. Los tres pensamos que fue él quien la mató.
Si había vuelto al pueblo, no sería para nada bueno. Nunca le habíamos contado a nadie lo que sabíamos o lo que creíamos; por miedo más que nada. Quién sabe si podría volver a por nosotros; no me convenía hablarle a nadie sobre eso ahora.
- Clara, no se nada sobre Eryel y menos sobre su padre. Es muy raro, en eso estoy de acuerdo; pero no cree que si realmente hubiera estado esta mañana en el instituto habría venido a clase? Nadie la ha visto en meses, su abuela falleció y su tía solo subía a verla los fines de semana. Respecto a su padre… supongo que le mandarán a él la correspondencia y la enviará desde donde esté… - Improvisé.
- Es una opción, pero no es suficiente para pasar del tema. – Insistió mientras sacada algo de su bolsillo.
- Esta pulsera es de Eryel verdad? – Por desgracia lo era, se la regaló mi tía por su 14 cumpleaños.
- Sí, creo. – Mentí.
- Lo es Irene. – Me dijo.
- Los alumnos de tercero también recogieron su mochila en el pasillo, pero a los pocos minutos no estaba donde la dejaron. Solo pudimos encontrar esto. Es duro lo que voy a pedirte; no debo meterme donde no me llaman, pero no me huelo nada bueno en esa familia o lo que queda de ella. Me quedaría más tranquila sabiendo que está bien y si es verdad que esta mañana ha estado en Clam me gustaría saberlo.
- Vaya usted entonces a buscarla. Yo no voy a intentarlo de nuevo. – Algo me decía que Fedro andaba detrás de todo aquello. Era demasiado raro incluso para Eryel.
- Sé que a las dos únicas personas que recibirá seréis vosotros. – Contestó.
- Y por qué habría de ser así ahora? Llevamos intentándolo semana tras semana durante meses y no ha dado resultado, nos hemos cansado de esperar Clara. – Estaba asustada, quería a Eryel como a una hermana a pesar del tiempo y de todo lo que había pasado.
- Está bien, como quieras, pero llevad mucho cuidado y si sabéis algo sobre su paradero o da señales de vida, avisadme por favor. Esta vez te perdono la falta, espero que no haya una tercera.
- Llevaremos cuidado descuida; estése tranquila profesora ya verá como no es nada; y no se preocupe no habrá ninguna otra falta. Ah, si vuelve a tener alguna noticia de Fedro, podría decírmelo?
- No lo creo Irene, pero si llega algo a mis oídos, intentaré compartirlo contigo… Ahora vuelve a clase, ya es la hora.
- Gracias Clara. Hasta luego. – Me dí la vuelta tras un largo suspiro. Eryel. Pensé.
Me encanta *__*
ResponderEliminarMuchas Gracias! :)
ResponderEliminar¡¡Me encanta!!
ResponderEliminareste capi me ha gustado especialmente ^^ me gusta que hayas vuelto a recordar a Irene y compañía, como el tiempo es diferente en Dos Lunas y Villa Roja pensé que no volverías con ellos hasta muuuchos capis después xD
y lo del gatito, LOL, iba a matarla eso no me lo esperaba, pobre Eryel! y me encanta Iris, eso de: "Quiero información y la conseguiré, eso es todo" jajajaja es genial, to chulica ella
además la trama se va enredando, cada vez hay más personajes... y me gusta como los vas introduciendo, poquito a poco, porque hay muchos y así es más fácil ir conociéndolos :) y lo del padre de Eryel me ha dejao to loco!! parece que es el asesino, aunque no sé si sería demasiado obvio...
y, en serio, este capi me ha gustado más que los anteriores te vas superando!! esperaré impaciente el 7 ;)
Dro!!!! Mil gracias por el comentario!:)
ResponderEliminarEstoy supercontenta de que te haya gustado porque la verdad era un capítulo al que tenía especial miedo, al ser diferente y todo eso pues no sabía como iban a ser las reacciones!(:
Muchas gracias por pasarte! Por cierto tienes que pensar en escribir una de zombies pero a lo bestia, me ha encantado el V cap!
Un besito!
Por fin empieza la acción! para ser un capitulo totalmente diferente a todos los demás no esta nada mal, as introducido el mundo real mezclandolo con el mundo de dos lunas, en cuanto a los nuevos personajes... me encanta como los as metido! como son, iris me encanta parece tan... xDD y el hombre pantera tiene muy buena pinta también xD
ResponderEliminarTambién me gusta mucho el que hallas dedicado escribir un capitulo entero casi sin Eryel, pues no es fácil escribir un capitulo sin nombrar al personaje principal xD
En resumen, me encanta liana! espero que sigas escribiendo aunque te vallas! que puedas subir pronto el 7º capitulo que lo dejas muy intrigante!!!!
Atentamente:
un fan!!
PD: siento la tardanza del comentario :P
Muchas gracias por el comentario! :) Tranquilo sabía que comentarías! ^^
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado!
Pronto subiré el 7º!
Un besito!
Escribes muy bien!!!!
ResponderEliminarLa historia engancha desde el primer capitulo ^^
Yo también estoy escribiendo un libro pero no lo publico en mi blog, prefiero terminarlo y presentarlo directamente a una editorial :D
Gracias por dejarnos leer esta historia tan fantastica ^^
Un abrazo y ánimo!!
Muchísimas gracias Andrea!
ResponderEliminarCualquier cosa que necesites, si puedo ayudarte en algo puedes decírmelo vale? Encantada de ayudarte(:
Gracias a ti por leerme, vosotros sois los que me animáis a continuar! :)
Un beso!
(8) Queremos más, queremos más (8) Pfff me encanta tu historia!!! :D
ResponderEliminarMañana el 7º! :)
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar! ^^
madre mia hay pocas historias que me enganchen por completo y esta lo a echo sin duda. es realmente increible!!!!!! quiero mas capitulos yaa esta super interesante madre miaaa por favor sube el 7 yaa :) avisame x tuenti bss
ResponderEliminarMuchas gracias!!!! :)
ResponderEliminar^^ Espero continuar así! He tenido unos problemillas con el cap.7 pero en cuanto pueda lo publicaré! Un besazo!