Estaría bien Carlos? Lo había perdido de vista en el salón y ya no estaba segura de si habría conseguido salir al jardín para pedir auxilio, una completa estupidez tratándose de una serpiente gigante que puede convertirse en lo que le venga en gana. Llegados hasta tal punto ya no había nada este mundo que pudiera sorprenderme. Ya no escuchaba sus amenazas ni el siseo de su asquerosa y viscosa lengua, lo cual todavía me producía más temor. Mierda, me había dejado en el sofá mi chaqueta nueva; adiós al conjunto de zapatos y bolso para el cumpleaños de mi prima Carla.
Segundo dilema, el cual debía solucionar lo antes posible; ¿dónde narices me escondía?: el armario, demasiado común; debajo de la cama, es donde primero se suele mirar; en el balcón, si me descubre no tendría salida a no ser que me suicidara y es demasiado pronto para eso… Mientras pensaba y corría por los pasillos del primer piso quedándome sin ideas, acudió en mi ayuda la escalera secreta de la buhardilla; pegué un pequeño estirón y una larga hilera de escalones apareció de repente del techo; no me lo pensé dos veces y casi tambaleándome por el estrés subí a toda prisa uno a uno hasta llegar al pequeño y oscuro habitáculo. Cerrando la trampilla con fuerza tras de mí, corrí hacia una esquina y me acurruqué sentándome y apretando los ojos; el miedo me invadía y no pude contener las lágrimas.
- ¡Déjame en paz! ¡DÉJAME! ¡¡¿Qué es lo que quieres de mí?!!
Aún no sé por qué razón grité si supuestamente trataba de esconderme, sólo sé que tras mi golpe de histeria todo quedó en silencio. Esperaba alguna contestación o aparición sorpresa por parte de Fedro pero nada de eso sucedió, al menos no por el momento.
***
No podía dormir y aun estando de espaldas a Eric estaba convencida de que él todavía mantenía sus ojos abiertos.
- ¿Estás dormido?
- No, ¿y tú?
Esbocé una sonrisa.
- Eric, crees que lo conseguiremos?
- Conseguir el qué?
- Llegar hasta Notham.
– Mentir se me daba mal, comencé a plantearme contarle la verdad.
– Mentir se me daba mal, comencé a plantearme contarle la verdad.
- Sólo si lo deseas realmente lograrás volver a tu mundo Eryel; y no pienso que quieras eso. ¿Qué quieres en realidad patosa? – Lo sabía, no imaginaba cómo había sucedido pero algo me decía que de un modo u otro conocía la verdadera razón de nuestro viaje; sabía que si le contaba la verdad, si le contaba que había estado utilizándolo para llegar hasta Notham y vengar a mi madre, no me lo perdonaría. Aún así, debería arriesgarme.
- Eric, puedo contarte algo? – Dije poniéndome boca arriba.
- Claro.
- Verás, recuerdas cuando te dije que iba al Reino de Notham sólo para encontrar una respuesta que me hiciera salir de Dos Lunas?
Digamos que no he sido completamente sincera contigo.
- Explícate...
- Verás, te dije que llegué sin más a este mundo y que no conocía el Reino de Shelden y tu me hablaste de la historia de los mil años y todo eso. En realidad no quiero irme de este lugar… sólo necesito vengar a mi madre Eric. – Al pronunciar estar últimas, se incorporó inmediatamente. – Liah.
- Sé quién es Liah. – Su atónita expresión me asustó por momentos.
- Cómo? – No me dio tiempo a terminar la frase.
- Liah, la viajera que consiguió escapar de aquí una semana después del día que le correspondía.
- Escapar? Escapar de quién?
- Veo que no te han contado toda la historia. – Cómo no, más lagunas? Ahora sí que definitivamente comenzaba a odiar a Lauren.
- Sólo puedes permanecer mil años en Dos Lunas, un año en el mundo en el que vivías; tras ese plazo de tiempo si no has conseguido volver, el portal de Shelden queda sellado para ti y deberás permanecer aquí para siempre, aunque eso ya lo sabías. Tu madre se entrometió en muchos asuntos y averiguó cosas que jamás debería haber sabido; secretos que criaturas oscuras no querían desvelar; es por eso que trató de escapar después de no llegar a tiempo y de que su plazo terminara, una misión suicida y hasta entonces imposible que marcó un antes y un después en la esperanza de muchos de los que aquí vivimos.
- Por qué es tan importante para tanta gente de aquí conseguir escapar si puede saberse?
- Muchas de las personas que vivimos hoy aquí fuimos viajeros al igual que tu madre hace muchísimo tiempo Eryel; ignorantes ante la mayoría de secretos que este curioso mundo aguardaba, nuestro plazo pasó y tuvimos que permanecer aquí para siempre, dejando atrás nuestra vida, nuestra familia, nuestros sueños. – Era la primera vez que veía a Eric de ése modo; mirada perdida y respiración entrecortada ante el recuerdo. – Con el paso del tiempo nos acostumbramos a estar aquí. Hasta que la muerte de Notham tras la batalla de los Siete Reinos por los territorios de Delintov, hizo que todo cambiara. Notham no estaba sólo, muchas personas y criaturas que jamás imaginarías y con las que nunca desearías toparte no querían que su hermano Deltor tuviera el poder; necesitaban a un Rey como Notham, avaricioso, malicioso y egoísta que convirtiera Dos Lunas en un verdadero infierno; criaturas que con sed de poder trataron de vengarse de Deltor atacándonos a aquellos que accedimos a servirle, muchos cómo yo y mi familia lo hicimos inocentes e inconscientes todavía ante muchos de los secretos y de las reglas que Dos Lunas escondía.
- Nadie mencionó esa parte de la historia cuando me la contaron.
- Nadie la nombra desde hace siglos, para algunos el recuerdo conlleva demasiado dolor.
- ¿Cómo se vengaron esas criaturas de Deltor, que os hicieron?
- Verás, en Dos Lunas hay tres tipos de brujas, las Blancas, las Aura y las Exiliadas. Entre esas criaturas las brujas Blancas destacaban del resto en cuanto a poder y maldad. Utilizaron pactos con el diablo para realizar un gran hechizo, hechizo que nos convirtió en lo que hoy somos; Cambiantes, Gnomos, Daimas, animales insignificantes que únicamente conservan la capacidad humana de hablar, Sirenas, Mantícoras… todas las criaturas de Dos Lunas que conserven tan solo una parte o una pizca de sentimiento humano, fueron víctimas de aquel hechizo. Algunos, lo tomaron como un don, otros como una maldición.
- Estás diciéndome que las Daimas que me persiguieron, que los gnomos, las sendras, tú; erais humanos?
- Sí. Es difícil de asimilar lo sé. Tras aquella catástrofe Deltor quedó indefenso y probablemente vulnerable. – No podía creerme que Blú hubiera sido antes una persona.
- ¿No se supone que Deltor contaba con la ayuda de los demás Reinos? ¿Tenían un pacto no? Entre todos habían decidido que fuera él el Rey.
- Así fue; sólo que piensa por un momento si fueras Cassian, Lissed o Shelden, cómo te sentirías si por el error de Deltor, al fin y al cabo un hermano vengativo respecto a Notham, miles de niños, mujeres y hombres valientes sirvientes en tu Reino perdieran su vida convirtiéndose en verdaderos monstruos.
- Atacada.
- Así es como se sintieron todos ellos. Más tarde hubo una asamblea en la que todos se reunieron; Deltor los convenció uno a uno para que unieran de nuevo sus fuerzas y lucharan para que las criaturas que habían provocado tal mal, quedaran en el exilio para toda la eternidad; y así lo hicieron. Las brujas del Exilio se llaman de ese modo desde que consiguieron crear un tercer mundo paralelo a los dos que hasta ahora se conocen, el tuyo y en el que ahora estamos; mundo en el que a diferencia de estos dos, únicamente existe el vacío. Jamás se ha hablado de los “Exiliados” desde entonces, muchos aldeanos dicen haber visto sombras, cuentan desapariciones y amenazas repentinas, muertes súbitas sin explicación a lo largo de los siglos; sin embargo es tan grande el miedo, que todas aquellas declaraciones relacionadas con ellos se olvidan conforme son denunciadas.
Y aquí viene mi respuesta a tu pregunta; no crees que aquellas personas que al igual que yo lo perdieron todo y que a diferencia de muchos de nosotros todavía no han logrado encontrar la felicidad aquí, madres desesperadas que perdieron a su familia y que día a día lloran recordando la sonrisa de sus niños, gente que dejó asuntos importantes sin resolver y que mataría por recuperar su vida; y por otro lado, aquellos que odiarían que eso sucediera, exiliados que lucharían a muerte para continuar viendo sufrir a todas esas personas, ¿crees que no perseguirían a tu madre para evitar que se llevara aquel secreto a la tumba? Es por eso que escapó. La buena gente haría lo imposible para obtener esa información y por otro lado el mal mataría a quién hiciera falta para que esa respuesta quedara oculta para siempre. En el instante en el que tu madre consiguió escapar con un secreto de tal importancia, las esperanzas de millones de personas que creyeron por un instante después de mucho tiempo que podrían recuperar sus vidas se perdieron; y aquellos que sirven al mal, se sintieron amenazados por no poder asegurar que dicha respuesta no se desvelara con el tiempo. Es por eso que te persiguen Eryel, en este momento no hay persona más importante en Dos Lunas que tú e irán a por ti. No puedes fiarte de nadie, ni siquiera de los que supuestamente son aliados de Deltor, ahora entiendo por qué las Daimas nos atacaron, todos saben de quién eres hija y piensan que tu madre compartió dicha información contigo, ahora sea buena o mala la intención cualquier persona que quiera utilizar aquello que piensan que conoces intentará matarte.
- Pero eso no fue así! Yo no se nada!
- Te equivocas, no lo recuerdas pero sí la conoces. Conocías este mundo por un libro no es así?
- ¿Cómo sabes eso?
- No eres la única que sabe a cerca de ese libro Eryel; todos aquellos que vinimos desde fuera lo hemos leído.
- Tú también lo leíste?
- A mí me lo leyó mi madre cuando yo era niño, mucho antes de venir aquí, al igual que te ocurrió a ti.
- Le dije a Lauren que me sería imposible recordar Eric.
- Créeme será mejor que lo consigas, si lo logras y eres inteligente salvarás muchas vidas y con suerte la tuya también.
Tras procesar toda aquella información, me vine abajo. Una adolescente ambiciosa de 17 años no podría ni en un millón de años lidiar con algo así.
- No te sientas amenazada por nadie Eryel. Debes ser fuerte y decidir cuál es la misión que quieres llevar acabo. – Como si esa fuera una decisión fácil…
- Hay algo que no te he preguntado, ¿por qué dices que quieres vengar a tu madre?
- Es una larga historia así que intentaré resumir un poco. Mi madre murió seis meses antes de que yo llegara a este lugar. Cuando Lauren me encontró y me salvó, comenzó a enseñarme y a explicarme todo a cerca de Dos Lunas; bueno ahora sé que “todo” significa lo que a él le interesó contarme. Estuve, creo, tres días en su casa, conocí a su tía Nora y a su hermana Lis, todo iba a la perfección hasta que una noche unos gritos me despertaron; Lis discutía con Lauren sobre mí, al parecer conocían más información de la que habían querido compartir conmigo, entre ella, que Liah había sido asesinada por Salzar; Lauren lo sabía y aun pudiendo leerme la mente enterándose así del dolor que sentía por la pérdida de mi madre, me lo ocultó; es por eso por lo que me marché de allí y me adentré en el bosque; por que ingenua e inconsciente pensé que conseguiría encontrar Notham y matar a Salzar yo sola, ahora sé que jamás lo lograré.
- Si te sirve de consuelo, aunque está claro que ir y estar de tu parte en este instante y conociendo toda esta información es un completo suicidio; todavía me interesa acompañarte.
- En ese caso eres un suicida.
- Puede; siempre me han gustado las emociones fuertes.
***
Mis ideas acaban de cambiar drásticamente y necesitaban reorganizarse urgentemente. En este momento sin duda tenía que decidir si seguía siendo el malo de la película y conformarme con un montón de monedas de oro tras entregar a sangre fría a Eryel frente a Salzar o ahora que sabía quien era ella y por qué realmente necesitaba llegar a Notham, aprovechar la situación para conseguir lo que siempre había estado esperando; tener la oportunidad de acabar con Salzar y de conseguir recuperar mi vida ayudando a Eryel a recordar, la oportunidad de volver a ser normal, de tener al alcance la opción de poder decidir entre quedarme aquí o volver a dónde realmente pertenezco, y sin duda no hay ninguna recompensa superior a ésa; superior a la que podría obtener ayudándola. En ese momento Lauren, Nora, Lis, Brenda, Iris… todos carecían de importancia; mi objetivo había cambiado; ayudaría a Eryel y lucharía por conseguir mi libertad.
- Suicida o no, te ayudaré, pero hay algo que tienes que prometerme. Pase lo que pase cuando consigas recordar me lo contarás todo. Antes te ayudaba por que era lo que más me convenía y por que te debía un favor. – No debía enterarse de que había pensado entregarla a Salzar. – Ahora lo hago por mí y por Dos Lunas y necesito asegurarme de que tras prestarte mi ayuda y la de muchas otras personas como Alexa, la chica que conoceremos hoy en la taberna tal y cómo te dije hace unas horas, tras matar a Salzar compartirás con todos aquellos que lo necesitamos, esa información.
- ¿Y qué pasa con el mundo que las brujas del Exilio crearon? ¿Qué pasará con todas aquellas criaturas que viven de parte del diablo? ¿No crees que aumentarán las desapariciones, las muertes inexplicables…?
- Espero que eso no suceda aunque siempre cabe la posibilidad.
- Eric estás hablando de poner en peligro la vida de todo Dos Lunas, ya sea de gente buena o mala, para salvar a una quinta parte formada por viajeros que llegaron aquí hace miles de años. Eso no entra en mis planes.
- No Eryel. Estoy hablando de asegurar que Dos Lunas deje de estar esclavizada por el miedo, estoy hablando de lograr la libertad de mucha gente buena, de mucha gente que como yo se ha vuelto mala con el tiempo, de niños, de madres, de acabar con maldiciones que cambiaron la vida de miles de personas. Aquí todo volverá a ser como antes, los exiliados quedarán en donde deben estar, en el Exilio; en los Reinos sólo quedará gente buena y no habrá miedo ya que no quedará ningún motivo por el que luchar.
- Te equivocas. Yo no quiero volver Eric, y como yo mucha gente que se habrá acostumbrado a vivir aquí tampoco; si revelo esa información, el secreto nunca se marchará de Dos Lunas, y el mal hará lo que sea para acabar con todos aquellos que lo conozcan. Quién sabe, tal vez incluso encuentren la forma de volver y convertir todo esto en un infierno. No puedo arriesgarme a eso.
Estaba claro que pedía demasiado y en algo tenía razón no era una buena idea. De momento debíamos ir a Shelden y encontrar la forma de entrar en Notham; tal vez pueda convencer a Alexa de que entrene a Eryel para que no termine muerta antes de tiempo. Sería divertido si lo vemos por el lado bueno.
- Eric, puedo contarte esa información a ti, pero a nadie más. Si me traicionas y lo haces público, haré lo que sea para que no consigas volver.
- Lo entiendo. De momento puedes estar tranquila ya pensaremos algo cuando Salzar esté muerto. De momento tenemos que encontrar la forma de irrumpir en el Reino de Notham. ¿Confías en mí?
- ¿Tengo otra opción?
- No muchas si te soy sincero.
De repente la llama del candil que nos alumbraba se apagó de repente. Eryel asustada pegó un grito.
- ¿Eric? – Preguntó nerviosa. Que estuviera de su parte no significaba que dejara de ser el que soy y cómo soy, así que para aumentar la tensión me dirigí hacia su cama y me coloqué encima de ella para intentar encender la luz de la antorcha que había en su cabezal.
- ¿Qué? – Contesté mirándola curioso tras conseguir iluminar de nuevo la estancia.
- ¿Necesitas ayuda? – Dijo más nerviosa aún.
- No gracias. – Contesté mientras alargaba unos minutos la situación hasta conseguir que la llama no se apagara.
***
Tras descansar unas horas, Dilaila y yo nos pusimos una vez más en marcha hacia Cassian. Media hora después ante nosotros apareció el gran ejército del Reino con sus innumerables tropas preparándose para no sé qué batalla.
La piel me escocía, el oro caliente de la llave de Cynthia había producido una leve quemadura en mi pecho. Dilaila era una yegua muy rápida, pronto llegaríamos a casa de Sandro.
***
Cuando Eric terminó de arreglar la luz del candil, se sentó en el borde de mi camastro y me miró fijamente.
- ¿Qué miras? – Dije incómoda.
- Nada. – Contestó curioso. – Por un momento todo quedó en calma, como nosotros solemos decir: “Ha pasado un Ángel”. Hasta que yo rompí ese silencio. - ¿Has pensado que la respuesta pueda encontrarse en el mismo libro?
- ¿A qué te refieres? – Preguntó mientras yo me incorporaba sentándome contra el cabezal.
- Digo que puede que tal vez la respuesta que necesitamos la conozcamos no por que nos la dijeron nuestras madres si no por que nos la leyeron en el cuento de las Dos Lunas.
- Es posible; pero el libro no está aquí Eryel.
- ¿Y no cabría la posibilidad de poder ir a buscarlo y volver?
- No, al menos no para mí. Es diferente salir de Dos Lunas antes de que se cumpla el plazo, que hacerlo después de que este haya concluido. Nunca me he planteado esa idea.
- Entonces puede que haya un modo de volver si todavía no ha llegado mi día número mil aquí verdad?
- Es posible pero no puedo asegurarte nada.
- Y si preguntamos a los nunggles? Ellos van y vienen cuando quieren no es así?
- No exactamente, sólo lo hacen cuando un viajero llega.
- Un segundo, ellos son criaturas originarias de Dos Lunas no es cierto?
- Sí, por qué lo preguntas?
- Por que si es así, es probable que ignoren la importancia del libro Eric! Y…
- …Y si logramos convencerlos de que ese libro que hay en tu casa es un peligro para el equilibrio de este mundo ya que guarda una importante relación, puede que vayan a por él… esa era tu deducción?
- EXACTO!
- Vale, un plan perfecto! Ahora viene la dificultad; nadie sabe dónde se esconden los nunggles. Se especula que puedan aguardar en los pasadizos de la princesa Cynthia, la princesa de la cabaña recuerdas la historia que te conté?
- Soñé con esa historia, se me olvidó mencionártelo. Con una gran guerra, todo estaba en llamas y una muchacha corría; había una llave dorada, la llevaba colgada en el cuello y abrazaba a un bebé mientras escapaba de alguien, no llegué a ver de quién.
- Una llave? – Acto seguido se levantó de la cama.
- Sí una llave, más tarde llegó a una especie de mercado y encontró una trampilla…
- Alcanzaste a ver dónde estaba ése mercado Eryel?
- Lo siento, no.
- Si vuelves a soñar con algo parecido no dudes en decírmelo. Es muy importante.
- Vale, tranquilo lo haré… - dije inquieta mientras Eric intentaba calmar sus nervios, hasta volverse de nuevo a sentar.
Cuando me incorporé y me puse de pie para ir a por la jarra de agua que dejamos en la mesa, escuchamos a Sandro.
- Ya voy! Ya voy!
Alguien aporreaba la puerta de la casa.
- ¿Quién va?
- Un viejo amigo Sandro.
- Lauren? Eres tú?
No logré escuchar lo que estaban hablando sin embargo Eric lo captó a la perfección con su afinado oído de pantera; no tenía ni idea de por qué; pero me agarró del brazo y de un salto caímos entre la paja del granero.
- Recuerdas aquel chico que te buscaba en el bosque y del cual querías escapar?
- Lauren?
- Sí, Lauren.
- Lo recuerdo.
- Vale, si sigues queriendo lo mismo; será mejor que te escondas, Sandro acaba de abrirle la puerta.
No hizo falta que lo dijera dos veces, me escondí entre dos barriles y tapé mis pies desnudos con un montón de paja; lo cual irremediablemente me hacía morir de cosquillas.
- ¿Y tú, dónde vas?
- Confía en mí, patosa.
- Eso hago… - Susurré para mis adentros.
***
- Sandro amigo mío cuánto tiempo sin verte!
- Lauren! Tienes razón, demasiado tiempo en mi opinión. ¿Qué te trae por Cassian?
- En un principio vengo a reunirme con Deltor; un asunto secreto sobre los Reinos, supongo que ya sabrás o habrás escuchado algún rumor sobre ello.
- Algo se ha oído. – Contestó con cara de evidencia.
- Pasa por favor, no te quedes ahí!
- ¿Puedo entrar al establo a Dilaila? Hemos hecho un largo viaje y está muy cansada, así le limpiaré los cascos y cambiaré las herraduras si no te es mucha molestia.
- En absoluto! También han venido…
Gracias al cielo que logré captar la atención de Sandro.
- Sólo yo! NO LE HA-BLES DE E-RY-EL! HE VE-NI-DO SÓ-LO! – Vocalicé lentamente y en silencio.
-¿Quienes han venido? – Insistió mi hermano.
- Eric. Se pasó por aquí anoche y creo que continúa en el granero.
- Eric? En Cassian? Y no es posible que fuera acompañado verdad?
- No, lo siento amigo, sea quien sea a quien buscas no ha venido por aquí.
Era mi turno de actuar, aparecería de repente e interrumpiría la conversación.
- Hola hermanito! Cuánto tiempo sin verte no es cierto? Vas a quedarte mucho por aquí?
- Eric. – Saludó pasivo y tenso ante la situación.
- Vamos hombre no seas tan terco, estamos en familia verdad Sandro?
- Claro que sí! Y lo celebraremos! Hoy comeremos todos juntos! No aceptaré un no por respuesta! – Dijo Sandro emocionado. Ahora solo tenía que averiguar cómo hacer que Eryel no se muriera de hambre.
- Está bien. – contestó Lauren. – pero antes de nada tengo que irme y llegaré tarde para comer así que o me esperáis o no hay trato.
- Tranquilo hermanito, no empezaremos sin ti. – Respondí irónicamente. – verdad Sandro?
- Claro que no, haz lo que tengas que hacer y vuelve! Te esperaremos. Ah! Y tranquilo por Dilaila ya la llevo yo al establo, sabes que soy bueno con los caballos. – Continuó Sandro.
- Lo sé. En ese caso me voy ya, os veré en unas horas. Hasta luego.
- Adiós hermanito. – Dije risueño y malicioso.
***
Cuando estaba a punto de romper el silencio y echarme a reír Eric apareció. Casi no muero del susto.
- No vuelvas a hacer eso! – Grité.
- Acabas de darme un pisotón? – Dijo sorprendido y risueño.
- Mmmm Sí! Tienes algún problema?! – Dije sin saber muy bien por qué había actuado como una niña de cinco años.
- No tienes nada mejor que ofrecer? – Continuó chistoso.
- Puedo pegarte un buen puñetazo si es lo que quieres sabes?
- A sí? Y cómo piensas hacerlo? ¿Primero me perseguirás, te abalanzarás sobre mí, me inmovilizarás y tras lograr todo eso me noquearás?
- Puede… - Contesté avergonzada.
- Y si lo hago yo? – Me miró cómplice.
- No, ni se te ocurra! ERIC, NO ME GUSTA ESA MIRADA!
- Será mejor que corras se me da bastante bien jugar el escondite.
- Eric, para por favor en serio!
- Uno, dos, tres, cuatro… Estoy contando Eryel… cinco, séis… - Pronto me di cuenta de que iba en serio y eché a correr.
- ¿Sabes que a los depredadores como yo, nos gusta que nuestra presa huya asustada verdad? …siete, ocho, nueve… DIEZ. ¿Dónde estás patosa? – Escuchaba su voz amenazadora. Me estaba muriendo de cosquillas escondida bajo un montón de paja.
- Oigo tu risa… tienes cosquillas? Es bueno saberlo… Creo que ya se dónde estás… - Dijo risueño. Sabía que me había descubierto así que salí corriendo de mi escondite y entré corriendo en una especie de reja, cerrando una gran puerta de barras metálicas tras de mí.
- Enserio vas a hacerme escalar? – no me había percatado que aquel lugar no estaba completamente aislado de la otra parte del granero, la verja no llegaba a tocar el techo y se podía subir por ella con facilidad. Antes de que pudiera contestarle desapareció y al darme la vuelta para buscar otra salida lo vi frente a mí.
- Te pillé, patosa. – Dijo desafiante. Aún no sé por que estaba asustada, me ericé al instante. Agarró dos de los barrotes de aquella verja encerrándome entre sus brazos; su sonrisa se torció y poco a poco los dientes empezaron a cambiarle… cerré los ojos con fuerza; pero no pasó nada.
- ¿De verdad pensabas que iba a morderte? No soy un vampiro Eryel, si tengo que morder a alguien será o para defenderme o para comérmelo, no voy a engañarte.- Dijo mientras yo abría los ojos enojada.
- Eres imbécil! – le dije apartándolo de un empujón.
- Seré lo que tu quieras; pero no niegues que te ha gustado sentir mi adrenalina.
- Vete a la…
- No se dicen palabrotas señorita. – Me interrumpió. Me disponía a contestarle cuando Sandro irrumpió en el granero.
- Eric, ya me explicarás por qué no querías que hablara sobre Eryel. De momento necesito que ella y tú vayáis a comprar al mercado; el sol ha salido hace unos minutos y os he dejado la lista en la cocina. – Menos mal, un motivo con el que distraerme y no tener que aguantar a este “sujeto” insoportable.
- Estaremos encantados de ir, Sandro. – Dijo Eric mirándome risueño. – verdad Eryel?
- Cómo no, Eric. – Contesté pasiva.
Al llegar mis ojos no creyeron lo que veían; jamás habría imaginado que en un mercado pudiera haber tantas cosas. Tras dar unas cuantas vueltas por la zona de las frutas y las verduras, llegué a los puestos de artesanía y me enamoré de un pañuelo precioso.
- ¿Qué desea señorita? – Dijo una de las amables dependientas.
- Me ha gustado mucho el pañuelo azul que tenéis expuesto.
- Es una pieza preciosa y está muy bien en cuanto a precio… Son tres monedas de plata.
- Ahora mismo no puedo pagarlo pero dentro de un rato cuando mi amigo vuelva podré comprarlo, siento la molestia.
- Tranquila muchacha no es ninguna molestia. Ve con cuidado.
- Gracias. – Respondí sonriente.
Continué caminando unos metros hasta que escuché cómo alguien decía mi nombre.
- Eryel? Eres tu? – Comencé a mirar hacia todos lados hasta que una melena negra y alborotaba resaltó de entre la multitud de gente. Lauren me había descubierto. Sin saber dónde esconderme comencé a andar a toda prisa.
- Eryel! No te vayas por favor! Déjame explicarte! – Venía tras de mí; pronto me alcanzaría, así que para qué correr entonces? Esperé a que estuviera cerca y lo miré a la cara fijamente. – Te odio! Y si pretendías llevarme de vuelta contigo, ya puedes ir quitando esa asquerosa idea de tu cabeza antes de que vomite!
- Eres muy terca y vendrás conmigo tarde o temprano, quieras o no. Le hice una promesa a tu madre y no la voy a romper.
- ¿Qué promesa?¿Cuidarme Lauren?¿Mentirme es cuidarme?¿Qué piensas hacer si no quiero ir contigo, subirme al caballo por las malas?¿Eso pretendes?
- Ya basta Eryel.
- NO! Ya basta tú! No quiero más mentiras ni más secretos! ¿Quieres entender que ya no puedo confiar en ti? No puedo confiar en nadie Lauren; así que lo siento pero si pensabas que tendrías la mínima oportunidad de hacerme cambiar de parecer, olvídalo.
- Cada vez me caes mejor, patosa. – La voz de Eric me sorprendió. Salvada por la campana.
- ¿Cuánto tiempo llevas escuchando? – Le pregunté
- Lo suficiente como para saber que mi hermano no ha mejorado nada en lo que respecta a las mujeres.
- Perdona, ¿has dicho tu hermano?
- Sí, tal y como lo has escuchado. Si no te lo dije en el bosque fue por que sabía que no querrías saber de mí si te enterabas de que éramos familia, así que supuse que si tanto le importabas podría haberte contado él toda la historia.
- Dios! ¿No hay nadie por aquí que diga la verdad?¿Sabéis lo que os digo? Que paso de vuestra ayuda y de vosotros! Se acabó.
- Eryel... –Dijo Lauren.
- Déjame en paz Lauren! – Grité mientras le daba la espalda y caminaba en dirección a Eric. Sin pensármelo dos veces evité a este también y dándole un golpe en el hombro pasé de largo.
- Lo siento patosa pero por ahora no puedo dejar que te marches. Espero que perdones por esto. – Escuché a mis espaldas. Seguidamente me encontré suspendida en el aire, Eric me había cogido por la cintura.
- Suéltame! Déjame bajar Eric!
- Suéltala Eric, ya la has escuchado no quiere ir contigo. – Contestó Lauren nervioso.
- Y contigo sí!? Qué pena me da que no hayas superado lo de Sara… necesitas una buena mujer que cure todos tus problemas lo sabías? – Eric se dio la vuelta conmigo en brazos y pasó de Lauren.
- No metas a Sara en esto Eric. Te juro que si no sueltas a Eryel… - Esto comenzaba a ponerse feo.
- ¿Si no la suelto qué?¿Qué harás hermanito?! ¿Lo mismo que cuando descubriste lo que era?,¿dejarme tirado e indefenso en la orilla de un río pensando que alejarme de mi madre, de mi hermana y de mi tía, sería lo mejor para todos y para vuestra seguridad?, ¿tan malo era intentar ayudarme en vez de rechazarme, hermano? Sabes, esto no es melancolía de hecho os doy las gracias por que al fin y al cabo soy como soy por vuestra culpa. Ahora aguanta con lo que hay y si no, habértelo pensado dos veces antes de expulsarme de “la familia”. – Asustada y sorprendida, dejé de luchar contra Eric y escuché con atención. -¿Ahora ya no dices nada no Lauren? – Continuó Eric. – Si me disculpas tengo que irme, tenemos prisa y además intuyo que Eryel necesita aclarar sus ideas y relajarse un poco; creo que tú no podrías arreglar eso, cosa que estoy seguro, yo si pueda hacer. – Eric guiñó maliciosamente un ojo a Lauren y se volvió hacia mí, limpiando de mis mejillas dos pequeñas lágrimas. Lauren lo miró odioso y cuando se dispuso a avanzar hacia nosotros una multitud hizo que lo perdiéramos de vista. Triste y abatida sin pensarlo abracé a Eric con fuerza y cerré los ojos; había sido más duro de lo que pensaba.
- Tranquila vale? Comeremos, dormiremos un rato e irás a conocer a Alexa. Estarás bien ya lo verás.
Leyre García
Me encanta!!!!!! Leyre AMO como escribes :)
ResponderEliminarAdoro el blog *_*
Sigue así...
Preciosooo♥ por otra parte, no me sorprende. Siendo tu... ;D
ResponderEliminarMe ha encantado ^^ perdona que haya tardado, al final no pude leerlo ese día por un examen muy chungo de historia T.T pero ya he venido y ha estado genial descubrir más cosas, lo de los viajeros y que eran humanos hace miles de años ha sido un puntazo muy original no me lo esperaba!! y la trama de Irene siempre me resulta super divertida, en serio, siempre, las aventuras y desventuras de esa chica me matan, lol, voy a esconderme en el desván pero gritaré para atraer al malo... porque yo tengo musssho arte!!
ResponderEliminar¡Un saludo y ánimo!
jajaja! mil gracias Dro! Estás fatal!Incluiré a una pelirroja en tu honor! ^^
ResponderEliminarUn besazo enorme y mucho ánimo!
L
Me ha encantado lianta!! ^^ siento llegar con un dia de retraso de lo que te dije jaja pero he estado liadillo XD pero... a sido mu bueno enserio! ^^ estoy deseando leer el siguiente de verdad! :P espero que no tardes... cada vez se pone mas interesante!!
ResponderEliminaratentamente:
un fan
:P Leyre.. me temo que acabas de entrar en la epoca oscura en la cual te dejare comentarios cada dos por tres diciendote que me encanta tu historia!!! hasta que no lleges a os 100 comentarios no paro!! xDxD pues lo dicho amor que eres increiblee :P tQQ
ResponderEliminarjajajajaja te estoy empezando a coger muuuucho cariño jajaja mil gracias por el comentario y me encanta que te encante ^^
ResponderEliminarY créeme me van a venir muy bien esos comentarios! Mil gracias otra vez! Y un besazo!
^^ PD: He entrado en tu blog de tecnología jaja ice un video = que el que tu has hecho x)
muuuuuuuuuuuuuuuuuua!LLLLLLLLLLLLL
jajajja :p oo diooss no mi blog de tecnologia T.T tengo que plantearme el ponerlo chachi pistachi!! xD :p nada nena lo dicho que aqui para todo y hasta el infinito y mas alla xDxD te queruuuu :P
ResponderEliminarWooo woooo!!!
ResponderEliminarEric es el mejor! Me ha encantado la escena del escondite, me ha parecido entre sensual y tierna! Me gusta que la llame "patosa" ^^ Aiiins!!
Eric vs Lauren!...Para mí gana Eric, pero ya se verá quién ganará en el corazoncito de Eryer...que por cierto, pobreta mía! -.-
En cuanto a la trama, cada vez se está poniendo más interesante la cosa! Descubrir que Eric era humano y que también había sido viajero...me ha sorprendido mucho!!!! :0
Sigue así porque me ENCANTAA!!!!
Un besito grande!!
Con ganas (sin tiempo) de leer máaaaaaas!!!! :)
Mmmmm........¡ME ENCANTA! :DDDDDDDDDDDDD
ResponderEliminar(Por fin puedo comentarte!!!!)
Aquí viene Gaby como siempre la única que sale en defensa de Lauren (lo que me parece fatal)
Eryel me cae genial, es una chica maravillosa y adorable, fuerte y valiente...pero a mí parecer es una exagerada con el tema de Lauren. "Te odio, vete de aquí antes de que vomite" ¿?¿?¿?¿?¿?¿?
A ver, que le ha mentido. Le ha ocultado cosas. Vale. ¡Vale! Pero sinceramente, no es para tanto. ¿Qué esté enfadada? ¡Vale! ¿¡Odiar!? ¿¡Decir subliminalmente que le da asco (vómitos)!? Venga, venga...
Eric es adorable y cada vez me gusta más, esa persecución a lo pantera fue....arrrr, muy sexy xD <33 Y eso que soy team Lauren ¬¬
AAAAAAAAAAAAAAH Blú era humano JAJAJAJAJJAAJJAA
Estoy deseando verlo!
Me encanta cariño, eres la mejor.
Muchos besitos.